SACRIFICIO Y LEALTAD
Uno de los recuerdos más memorables que tengo de la cancha
es el de escuchar alguna vez: “llego la caballería” mientras estaba en el piso
o diputando a muerte el balón en un ruck. No es una frase que escuches mucho y
en el rugby menos pero se la escuchaba a mi compañero y amigo Giovanny Caro
cada vez que llegaba al apoyo. Podía uno recordar las películas estilo western
que tanto me gustaba ver en las mañanas
del sábado en TNT, cuando eso me era permitido. Como en estas películas siempre
que estabas en apuros, llegaba el séptimo de caballería a salvar la tarde.
Esa fue una de las
primeras cosas valiosas que aprendí del rugby: la lealtad representada en la
entrega al deber hacer del jugador en pos del bienestar de su equipo hablando
del campo y de su club hablando tanto del campo como por fuera de él. Aun hoy
me es difícil entender como Giovanny llegaba a todos los rucks: no había tenido,
ni remotamente, la preparación de un deportista de competencia, pesaba en ese
entonces alrededor de ciento treinta kilogramos sino es que aunado a una cantidad
más de factores fisiológicos lo hacían
imposible. Sin embargo la pasión y sobre todo el imperativo de cumplir su tarea
por encima de lo que se puede esperar, nos muestran una misteriosa fuerza que
vence situaciones que nunca esperaríamos.
Cuando Giovanni llego a mediados del año 96,
un compañero al que le decíamos calambres (ya imaginaran porque) dijo algo como
esto: -joder… un enano sobre otros dos -. Más allá de que pueda parecer una comparación
un tanto despectiva no queda más que decir que a pesar de la ceguera que te
impone el cariño era cierto. Sin embargo pronto pudimos enterarnos que esos
tres enanos valían por gigante y medio. Recuerdo un día cuando jugábamos contra
Eafit en la cancha principal de la universidad de Antioquia, un día que además,
nos dieron una apaleada de miedo. Pero más allá de eso recuerdo un instante del
partido. En medio del desgaste propio de él cae Giovanny al piso golpeado luego
de un ruck. Entonces Miguel Fernández le pregunta: -gordo ¿cuantos de dedos
ves?- Giovanni dice cuatro. Sabíamos que mentía y en que realidad no veía nada porque ni siquiera
le había colocado la mano al frente.
Como éramos medio
brutos (por no decir brutos y medio) en ese tiempo, decidimos dejarlo seguir
jugando. Al final los enteramos que además Giovanny tenía complicaciones
visuales que hacían para él bastante riesgosas esas situaciones, ya que podría
perder la visión. Tiempo después se retiró de la cancha como le sucede a muchos
por los designios de la vida. Sin embargo, nunca se fue muy lejos, de hecho
siempre apareció (y aparece) en los momentos críticos para ayudarnos a salir de
apuros y apoyar no solo al club sino también a la liga y la federación de
formas que no mencionare además porque él prefiere ser como siempre lo fue, un
héroe anónimo. Por ejemplo fue nos prestó una ayuda determinante para poder
concretar el sueño de la cancha propia para el rugby, por ejemplo, pero hagamos
de cuenta que no he dicho nada.
Anteriormente había
escrito sobre algunos de los valores individuales (sacrificio, disciplina
resiliencia), el fuero interno del deportista en este caso que lo hace ir más allá
de sus límites y alcanzar la excelencia. Pero cuando hablamos de lealtad
hablamos de una virtud en la cual no me relaciono con mi yo interno sino con mi
yo social, con mi entorno. Es en ultimas la lealtad, la más importante de las
virtudes sociales, ya que si miramos algunos otros valores sociales (respeto,
honradez, compromiso entre otras) pasan por ser primero profundamente leal.
Y es que siendo el
rugby un deporte colectivo creo que esta es la mayor enseñanza. Posiblemente lo
anterior lo podes aprender en cualquier otro deporte aunque donde lo viví más
fuertemente fue en el rugby, sin por ello decir que en mi trasegar anterior a él
desconociera el concepto claro está.
Pero la dimensión
colectiva en el rugby es única porque creo que en ningún otro deporte se
depende tanto del compañero como en el rugby. Debido a sus principios y
reglamentos es muy difícil vencer como individuo y si todos no hacemos la
máxima apuesta dando todo de si es
imposible ganar, de hecho los principales promotores del juego fueron los
militares del imperio británico ya que precisamente el juego ayudaba a
fortalecer el espíritu de cuerpo de las instituciones militares. Por otra parte
en el campo de juego solo nos tenemos a nosotros mismos y nuestros compañeros
en la lucha, incluso cuando no nos tenemos a nosotros solo los tenemos a ellos.
Así que allá nos debemos los unos a los
otros sellando un compromiso profundo entre ese grupo de personas.
Para mí la lealtad
es preservar el compromiso adquirido y honrarlo sin importar los sucesos que
puedan acontecer o las pruebas que debamos enfrentar. Lealtad es
responsabilidad sobre mis acciones y sus repercusiones hacia los que hacen
parte de mi grupo y sobretodo ser respetuoso de los principios de mi sociedad. Lealtad
es el compromiso de no dañar ni mancillar el legado con mis actos y por el
contrario comprometerme con su enaltecimiento.
Anteriormente había
hablado del legado, la lealtad te hace ser guardián del legado, entendiendo que
solo somos parte de una historia y que solo recibimos una historia para
construir una parte de ella agregando nuestro ladrillo y permitiendo que los
que viene después también construyan su historia y a su vez la leguen. Faltar al
grupo es violentar el pasado común y sus tradiciones, es apartarse del legado y
de lo que él le ofrece a tu grupo.
Relaciono el sacrificio
con la lealtad porque para conservar este proyecto colectivo se requiere
algunas veces una disposición superior a lo normal, porque seguro la misión en
la cual nos hemos comprometido nos someterá a retos y es más cierto todavía entre
más enaltecedora sea la meta, así que grandes retos obligan grandes sacrificios.
En el rugby la
lealtad es lo que nos hacer ser más que quince en el campo y transformarnos en uno
solo pero en quince cuerpos y en ultimas
es la fuerza de todos la que al final del día podamos superar nuestras
dificultades. Como les decía en otro tiempo a los muchachos antes de jugar:
lealtad es cuando que estás caído en el campo frente al enemigo y cuando él se
apresta a acabar con tu vida el escudo de tu compañero se interpone entre tu
verdugo y tú. Él lo hace porque tiene fe de que tú harás lo mismo de vuelta. Si
no es así y se quebranta la confianza seguro perecerás. Morirás como individuo
cuando pudiste haber ganado como equipo.
Bueno y ya a
Giovanny no le podemos decir gordo, ya que perdió peso sustancialmente, todavía
me alegro al verlo eventualmente jugar y de poder hacerlo con él, en partidos
de jugadores retirados. Pero más allá de eso siempre le agradezco el haberme
enseñado lo que significa ser leal más allá de la definición simple y vacía de
la palabra y así espero que siempre que se necesite llegue la caballería, pero
más allá de la caballería de un solo jinete una de miles como requerimos para
vencer los retos que deseamos vencer con tanto anhelo.
De verdad gracias…
tu compañero y amigo, por no decir hermano en el campo…
LUIS GUILLERMO
ARBOLEDA
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